domingo, 21 de abril de 2013

CAPÍTULO 2

EL SECRETO DE LOS SIETE REINOS Y LA ESTRELLA PERDIDA

MÍA

Este cuento trata sobre una princesa que vivía en un mundo de magia, de luz y oscuridad, totalmente paralelo a nuestro mundo. –Me contaba mi abuela.
- Abu ¡cuenta, cuenta! –Le decía con entusiasmo.
- Bueno, ¡allá va!:
<< Este extraño mundo se dividía en 5 reinos:
El reino de las nieves, donde vivían los príncipes del hielo, ellos se encargaban de proteger los tesoros del  reino de la luz y en lo más profundo de allí, se creó el poder que dará lugar a una estrella muy especial para la princesa. >>
 << El reino del trueno, viven allí los forjadores de las fuerzas de cuatro de los cinco reinos, se guardan en el corazón del reino las espadas, los escudos, y el poder de las tinieblas allí vive el Ángel del destino y la principal fuente de poder del reino oscuro. Ellos se encargan de que el reino oscuro no se pase de la ralla. >>
 - Jajajaja –Se empezaba a reír mi abuela
 << El reino de los bosques: es un reino guerrero, proporciona ejércitos para el combate y protegen la naturaleza, este reino es el encargado de dar vida a nuestra Tierra y allí vive la madre naturaleza. Se encarga de proteger a los más pequeños y allí se encuentra el portal entre el mundo de los mortales y ese mundo mágico. >>
 - Halaaa –Decía yo muy sorprendida.
 << El reino de la luz: allí vive el rey de la luz, padre de la princesa, él ha sido el encargado de vigilar el mundo de los cinco reinos y de proteger la magia pura. Allí también vive la Diosa de los cielos, madre de la creación de los mundos y reina-madre de las estrellas, ella fue la creadora de la primera estrella, nacida y protegida dentro de lo más profundo del alma de la princesa Valerina, ``Nina´´, su hija. La diosa de los cielos se encarga de vigilar el reino de las estrellas y el de los muertos. >>
 << El reino oscuro: este reino está más alejado por propia seguridad de los otros reinos. Se compone de magia negra y allí se encuentra la entrada al mundo de los muertos. Los príncipes oscuros desde hace milenios desean la magia y poder del reino de la luz y por ello los reyes de los cincos reinos los desterraron.>>
 <<La  princesa Nina, cuando nació, sus padres no se dieron cuenta que poderes tenía, solo se fijaron, y bastante sorprendidos de que la niña nació con un destello en el centro de su corazón. Al principio no se dieron cuenta, pero ese destello significaba que dentro de su corazón se encontraba protegida por el alma de la princesa, la primera estrella.
Esto les hizo pensar a los reyes de los cinco reinos en que posiblemente su hija fue creada por luz y lo que significa que esta pequeña criatura era más poderosa que cualquier príncipe, mago, hechicero, del reino oscuro.
Era “la guardiana de la luz”.
Este secreto no duró mucho, cuando la pequeña Nina tenía 5 añitos le encantaba jugar en las zonas más apartadas del territorio del reino, era muy curiosa; esa zona, si seguías el sendero llegabas al reino oscuro. Una de las veces, vio en el sendero a un extraño caminar hacia el reino oscuro y como toda niña pequeña que haría lo mismo, le siguió. Al cabo de un rato consiguieron llegar a un claro, el extraño se sentó a descansar. La niña también muy cansada se sentó encima de una roca a descansar. El extraño, que sabía perfectamente que la niña le estaba siguiendo se acercó a ella mientras dormía. Observó que a la pequeña se le iluminaba el pecho y por un acto de crueldad intento clavarla un cuchillo para quitarle esa luz. >>

- NOOOO, ¿POR QUEEEE? –Dije chillando asustada. No entendía porque mi abuela me contaba esta historia tan cruel, pobre princesa.
- No te preocupes Mía, que a la princesa no la va a pasar nada. J -Intentó tranquilizarme.
<< Por suerte, y sin que la niña se diera cuenta, su padre siempre enviaba a uno de sus caballeros (a los que llaman ángeles de luz, ángeles de la guarda o protectores) para que cuidaran de la niña en caso de peligro.
En el momento en que el extraño intentó hacer daño a Nina, él la salvó.
- Johan, me quiere quitar mi estrella, no le dejes –Decía la princesa asustada.
- No te preocupes pequeña que no le dejaré –La consoló.
Johan se libro de él enseguida, lo que no pudo evitar, es que el extraño, huyera sabiendo que el destello en el pecho de la niña, era un objeto extraño al que llamaban estrella, y que por lo visto, era una fuente de poder muy curiosa y bastante tentadora, para un extraño que posiblemente sea un infiltrado del reino oscuro.
 Cuando los reyes del reino oscuro se enteraron de que la princesa escondía una estrella con poder incalculable, no se lo pensaron dos veces. Esa pequeña princesa iba a ser para ellos y estaría a su servicio hasta que les entregase la estrella.
Pasaron los años y los cuatro reinos estaban en continua guerra con el reino oscuro, a causa de que tenían que proteger a la princesa. Cuando Nina cumplió la mayoría de edad decidió que ya era suficiente guerra. Les pidió ayuda a su padre y a los magos del reino de las nieves.
Le pidió a su padre que por medio de un hechizo de luz le sacara la estrella de dentro de su corazón. Y al mago que fabricara un sepulcro de hielo en las cuevas espejo del reino de las nieves, estas cuevas también guardan portales entre nuestro mundo y ese mundo mágico. Allí la princesa permanecería congelada. Lo que provocaría que el reino oscuro se desvaneciera o por lo menos se quedaran sin poderes. Y hasta que la estrella o su guardián la encontrasen y así ganarían el poder ante el reino oscuro.
Cuenta la leyenda que cuando a la princesa se le extirpó la estrella, esta con la última gota de poder que le quedaba en el cuerpo envió la estrella a la Tierra y la introdujo en el ser más puro que logró encontrar. Una mujer que al poco tiempo se quedó embarazada, lo que no supo es que su hijo se formó a partir de la estrella. Lo que le convirtió en el guardián de esta. Cuando se hizo mayor él, encontró en Groenlandia unas cuevas preciosas, y en lo más profundo de ellas, encontró un sepulcro de diamantes, o eso parecían. Eran cristales de hielo solidificado. Y una imagen se veía dentro de él.
Era la princesa. >>
- Biennn –Dije muy entusiasmada.- Entonces, ¿se salvaron los reinos? ¿Y la estrella? –Preguntaba contenta.
- El guardián de la estrella despertó a la princesa, salvaron su mundo mágico, y fin. Colorín colorado, este cuento se ha acabado –Concluyó mi abuela.
- ¿Así acaba? Siempre me dices lo mismo abuela, yo creo que tiene que haber más historia.
- Pues no. Así acaba, no tiene más. –Siempre me repetía lo mismo.
 Y yo siempre enfadada me iba a mi casita árbol a jugar. Luego me contaba otro de sus cuentos y se me pasaba el enfado.
Me encantaba mi abuelita, con ella mi imaginación volaba. Me divertía un montón.
Qué pena que no pueda verla tanto, se mudó hace años a Irlanda y apenas sabemos de ella. Creo que me dijo en su último email que se fue a escalar una montaña. Que abuela tengo. :)


CAPÍTULO 1

INFANCIA

MÍA

Acababa de terminar el instituto. La graduación había sido apenas una semana y ya echaba de menos sus clases.
Los horarios. Los compañeros. Las amigas que pasabas con ellas prácticamente todo el día.  Las horas que se pasaba ``una´´ en la biblioteca,…  Estabas allí, una parte,  porque te encantaba estar allí para fundirte en centenares de libros y otra por miedo a que se rieran de ti,  por adorar leer y querer ser algo en la vida; bueno eso, en realidad no echaba de menos, pero me encantaba pasar horas allí.
La ilusión con que cogía cada explicación de los profesores y las convertía en un paso más cerca de tu destino. Sabía que con sus enseñanzas llegaría a conseguir todo lo que me proponía. Cada detalle del instituto, cada momento pasado allí, cada recuerdo permanecería en mi memoria.
Todos estos años estudiando allí, habían conseguido que el instituto se convirtiera en una segunda casa para mí, bueno en parte, si no mencionamos  a los que te hacían la vida imposible.
Lo que no echaría de menos, sería a Emma y a su grupito de arpías idénticas. Se creen superiores solo porque sus papis sean catedráticos en económicas, tengan más dinero que nadie, y organicen las mejores fiestas en el condado de Wilcox.
Aunque se hubiera pasado los seis años de instituto ignorándome como si no existiera, si que echaría de menos a Mark. El primer día de instituto se sentó enfrente de mí y me quedé embobada con él. Sus ojos de color verde esmeralda,  brillaban de una forma increíble. Su pelo era de color rubio, posteriormente se lo tiñó de marrón, y una sonrisa encantadora… J Como echaría de menos esa sonrisa…
Pero me di cuenta de que él no se interesaba en ratones de bibliotecas. Entonces comprendí que no debía perder el tiempo con estúpidos como él. Ciertamente no me di cuenta hasta hace dos años. K
A quien sí que echaría de menos sería a mi buena amiga Lena.
Éramos inseparables. J
Ella me había ayudado en todo cuando tenía algún problema, estudiábamos juntas y hasta decidimos ir a la misma universidad. Pero a ella la admitieron en Jeyl y a mí en Columbia. Ella quiere estudiar antropología filosófica y yo microbiología. Pero hemos prometido visitarnos en vacaciones. J
La primera vez que la vi, yo estaba en la cafetería. Mi madre me había dado dinero para almorzar y era en ese preciso momento cuando decidí gastarlo. Más que nada porque eran las doce del medio día y tenía hambre.
Por un pequeño lapsus se me cayó la cartera y todo el contenido de su interior al suelo. Ese pequeño incidente se produjo porque una ``hipócrita´´, me empujó. Y justo en ese momento llegó Lena:
 ¿Te ayudo? -Me preguntó.
- Sí, gracias. Es que me he tropezado y no sé cómo ha acabado mi cartera en el suelo... -La contesté aturdida.
- No es culpa tuya. Solo que una imbécil no tiene cuidado. -Dijo con sarcasmo.
Desde ese día supe que íbamos a ser grandes amigas. Empezamos yendo a clase juntas, después hacíamos los deberes juntas, y por último fuimos inseparables. Cuando yo estaba deprimida ella me animaba. Me aconsejaba cuando yo tenía algún problema. Vamos era como la hermana que nunca tuve… J
Aunque no hay que sacar de esta historia a mis buenas chicas, Lucy, Serena y Peyton. Y de mis niños Lucas, Bruno, Max y Peter. Sin ellos estos últimos años los había pasado horribles.

Podría empezar definiendo a mis amigos uno a uno, recordando cada detalle de mi infancia, pero esta historia se haría eterna. Puedo empezar donde me encuentro viviendo con mis padres. En el condado de Wilcox (Alabama), entre un mundo de ciudad y otro de granjeros, se encuentra un pueblecito muy pequeño pero importante, lleno de vida y casi siempre soleado, llamado Pine Apple. Llevo viviendo allí 18 años. En una casita preciosa, con 2 hermanos y mis padres…
Me encanta mi casa… J

En el jardín de mi casa, tengo un cerezo que cuando era pequeña, me encantaba sentarme a su sombra y observar como la hierba se movía por el efecto del viento. De vez en cuando veía como algún pajarito se colaba en el jardín y empezaba a picotear los frutos del gran cerezo, al que yo llamaba de forma cariñosa `` señor ciruelo´´ lo llamaba así porque con siete años no sabía distinguir entre las ciruelas y las cerezas si eran los frutos que tenía.
Pasaba cada día allí, observando cada centímetro de sus largas ramas que terminaban en unas preciosas flores blanquecinas.
La mayor parte de mi infancia la pasé bajo el ``señor ciruelo´´.
Lo cuidaba y le hacía compañía. Cuando mi abuelita venía en verano a cuidarme, nos sentábamos las dos a los pies del gran cerezo y ella me contaba historias inventadas, que casualmente los protagonistas eran los de los típicos cuentos infantiles:
La bestia durmiente, caperunieves (caperucita nieves), el principito enano, la cenicienta rana, el sirenito mentiroso (pinocho y la sirenita), la mariposa de afrodita, el pulgarcito con botas, aranasias (Aladino y anastasia),…
Aunque había uno que mi abuela me contaba que no tenía que ver con ninguno de los cuentos infantiles; lo llamaba: el secreto de los siete reinos y la estrella perdida.
Me lo contaba una y otra vez. Era uno de mis favoritos.

sábado, 20 de abril de 2013

PRÓLOGO

Nuestra vida se basa en una continua decisión. Cuando nacemos nuestros padres deciden como vestirnos, a que escuela ir, quien son buenos amigos para nosotros,… Cuando llegamos a la adolescencia, tenemos que decidir por nosotros mismos. Si queremos estudiar o no, si nos guiamos por letras o ciencias… Decidimos nuestra forma de pensar, de comportarnos. A medida que vamos creciendo decidimos con quien queremos pasar el resto de nuestra vida, que queremos llegar a ser, y donde viviremos. No te paras a pensar que fue de la chica, la cual, jugabas con ella en el patio del recreo cuando teníais cinco años. Ni del chico que salisteis como novios con quince años.
Cuando eres adulta ya no te preocupas por las apariencias, te empiezas a dar cuenta que las personas se rigen por el interior. Que las apariencias engañan. Que los buenos son muy buenos y los malos son muy malos. Que igual que hay personas estupendas y maravillosas, hay personas que ojalá no hubieras conocido. Tu vida la decides tú con el paso del tiempo y te das cuenta de quien de verdad se merece estar en ella o no, ¡por medio de tu decisión! 
Me llamo Amelia (Mía para los amigos) y esta es mi historia.